La vida tiene sus propios planes, que la mayoría de las veces son distintos a los tuyos y le importa poco que tú quieras coser un vestido especial para Navidad si a ella no le apetece.
Yo he aprendido a aceptar como buenas sus decisiones, pero eso no significa que me vaya a quedar sin vestido, así que, si hay que estrenar vestido de Navidad en abril, se estrena. Y tan felices.
Si además tenemos en cuenta que la tela de los zorros la tengo desde el Sewing Camp 2017, el patrón fichado desde mucho antes y que luego tuve que hacer una exhaustiva búsqueda por todas mis tiendas de telas conocidas en busca de aquella que encajara con lo que yo tenía el mente para combinar, comprenderéis que ha sido un proyecto cocinado a fuego lento y con demasiado mimo como para no disfrutarlo en cuanto estuviera listo.
La primera prueba me decepcionó mucho, pero en cuanto acorté unos cuantos-muchos centímetros la falda, le metí otros tantos de los laterales y le hice un apaño a las pinzas que había cosido del revés, la cosa mejoró bastante.
Os adelanto que, como de costumbre, hay una segunda parte. Pero esa ya os la dejo para otro día.
Con esta tela finalizo el reto 12 Meses 12 Telas de Marujadas de Peluchona. Que sí, que si que me he enterado de que estamos en abril, pero ya os lo he dicho antes, es la vida la que manda, yo solo me dejo fluir. Y si la vida primero no quiere que cosa y luego quiere que cosa sin parar ¿Quién soy yo para llevarle la contraria?
Llego a MiMi por los pelos, pero llego.
Llego a MiMi por los pelos, pero llego.