miércoles, 8 de mayo de 2019

Siempre vuelve a salir el sol

Esta entrada se parece a un libro de los de elige tu propia aventura. Si quieres leer unos cuantos de mis desvarios, comienza por la Versión A y si quieres saltártelos ve directamente a la Versión B.

Versión A

La vida son rachas, ciclos, estaciones,... Yo he estado en una de menos costura, intentando conseguir hueco para otras cosas que también me gustan. He tenido más tiempo para leer, he pasado más tiempo con mi familia, he cocinado nuevas recetas, he socializado más o simplemente me he tirado en el sofá, entre otras cosas.

Y ha estado bien.

He intentado no coser con ansia, priorizando los detalles y el momento, más que la rapidez en alcanzar el resultado final.

Coser prendas que realmente necesitara o regalos que me nacieran del corazón.

Han salido así de mis manos muchas menos cosas, pero con más dedicación, con más paciencia, más pensadas, más descosidas y vueltas a coser, más especiales, con más alma, ...

Y ha estado bien.

Pero en algún punto de ese proceso perdí el equilibrio, las costuras se fueron espaciando más y más y me fui poniendo gris.

No voy a decir que esa fuera la única razón. El invierno para mi es muy duro y, aunque más o menos sobrellevo la primera parte con entereza, al final tarde o temprano siempre termino por caer.

Justo cuando estaba en ese punto, en que no sabía si no cosía porque estaba triste o estaba triste porque no cosía, una persona maravillosa, de esas que no sabes que has hecho en tu vida tan bueno para merecer la inmensa suerte de cruzarte con ella, vino a rescatarme, envuelta en esta tela de unicornios.

Y volví a sentir las ansias locas de coser, y a disfrutar de ese tiempo en el que todo desaparece excepto la prenda que tengo delante, y vibrar con la emoción incontenible cuando ves que el resultado está a la altura de lo imaginado y el secreto orgullo de ir vestida con ropa que yo misma he creado.

Y ha salido el sol.


Versión B

Cuando supere el estado de emoción en grado máximo que sentí al abrir el paquete que traía entre otras cosas LA TELA, pasé inmediatamente a preguntarme ¿qué hacer con ella? 


Nada de camiseta, vestido que es con diferencia lo que más me pongo.

En manga corta, porque escasean en mi armario y estaba deseando coser y ponérmelo pero a la manga larga le quedan los días contados esta temporada (espero).


Buscaba un patrón que le hiciera justicia a la tela cuando de repente apareció el Vestido Hana de Cal Joan y Más y todo encajó en mi cabeza.

Hacía siglos que quería coser una versión en tela elástica, desde que cosí este en tela plana.



El Hana me permitía combinar varias telas para formar ese canesú precioso, y tenía muy claro que iba a utilizar mi tela tesoro de rayas arcoiris. Para el otro lado quería poner morado pero ¡Oh!, ¡Sorpresa!, cuándo fui a buscar a la caja se había acabado. ¿Por qué será que siempre me pasa lo mismo? Cientos de telas y nunca tengo la que necesito. Así que subí la apuesta, me fui a por las estampadas combinables y cuando vi estas, la única duda que me quedó fue cuál iría delante y cuál detrás.


La verdad es que casi hubiera dado igual porque para eliminar la pinza del pecho que lleva el patrón lo que hice fue usar la pieza de la espalda también en el delantero, así que, si no me hubiera olvidado de no poner la costura del puño del cuello en el medio de la espalda, hubiera podido ponérmelo por los dos lados.


Y bueno, ¿Qué queréis que os diga? Me gusta tanto que no quiero quitármelo ni para dormir.



 

Nos vemos en #MiMi.





Tela: Unicornios de I love kutchi, el resto de CalJoan.




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