martes, 21 de febrero de 2017

Alguna vez tiene que ser la primera

Sigo en mi línea de quitarme el miedo a las bravas. Si  espero la oportunidad de tener algo realmente bonito para enseñar o de lo que me sienta tremendamente orgullosa, no lo haré nunca.

Quiero tomarme esto como un diario de costura, lo mismo que el cuaderno donde apunto las medidas y los detalles de las cosas que voy haciendo por si las quiero repetir.

Hoy es un día tan bueno como otro cualquiera y al fin y al cabo es la primera vez que mi niño me dice que soy la "mejor costurera del mundo", bueno, el ha dicho tejedora pero ya lo traduzco yo.

La culpa la ha tenido este nunchaco (arma de los ninja, según los entendidos de la casa) de tela:



Lo más simple del mundo. Un rectángulo de tela de 6x90, cosido por el lado largo y dado la vuelta. En cada extremo lleva dos rectángulos de goma eva de 7*20. Eso es lo que más me ha costado, enrollarlos en introducirlos dentro del tubo de tela. 

Luego he cosido los extremos con puntada invisible y en el otro extremo de los rollos de goma eva he dado unas puntadas con la máquina para que se queden en su sitio.

El resultado es un nunchaco inofensivo con el que por fin puede jugar sin ponerle un ojo morado a nadie.

Inicialmente formaba parte del disfraz de carnaval, pero me ha hecho coserle otro y ya está jugando con ellos, Acompañaban a este kimono, que evidentemente no ha tenido tanto éxito: 



Hasta aquí la versión resumida, ahora la ilustrada:









Y ahora es cuando ya respiro, le doy al botón de publicar y me tiro a la piscina ¿no?

miércoles, 8 de febrero de 2017

Probando, probando, 1, 2, ...

Creé el blog hace meses y aún no he tenido tiempo o ganas o valor para ponerme con la primera entrada.
Supongo que habrá sido miedo escénico ¿qué voy a decir yo que no hayan dicho ya? Hoy tengo una respuesta clara. Nada. No me siento con habilidades o capacidades especiales, simplemente siento la necesidad de relacionarme con más gente como yo, que le guste esto de coser su propia ropa.
Durante años me ha bastado con seguir los blogs de tantas maravillosas costureras que hay en la red, pero desde hace algún tiempo me apetecía algo más.
Me siento muy cómoda en Instagram, pero a veces se me queda corto cuando quiero poner más de una foto de la misma prenda o quiero participar en algún sarao para el que sea necesario tener blog.
Y así, voy dejando pasar una ocasión tras otra, con la excusa de que tengo que ponerme a estudiar como va esto de los blogs, hasta que hoy he decidido pasar de estudiar y aprender por las bravas, publicando.
Vamos a ver que sale.